Guía para identificar y denunciar el acoso sexual en el trabajo

Aquí encontrarás la información necesaria para hacerle frente al acoso sexual en el trabajo y exigir tu derecho a ser tratada con dignidad y respeto en tu entorno laboral.

Hace unas semanas les preguntamos por Twitter respecto a sus peores experiencias laborales (acá el hilo más deprimente que verán hoy). Entre las jornadas de 15 horas, los jefes que pretenden descontarte el día si te atropellan y las chambas donde te cronometran el tiempo que vas al baño, encontramos algo muy preocupante que merece ser tratado a profundidad: el acoso sexual en el trabajo.

En Trabajo en Digital tenemos el objetivo de acercar a las personas a su trabajo ideal; pero ningún entorno laboral puede ser “ideal” si tolera el acoso sexual. Por eso decidimos crear esta guía con la información básica para que puedas identificar situaciones de riesgo, defenderte y denunciar.

Para complementar este artículo, revisamos muchos documentos largos y aburridos que encontrarás enlistados en la sección de referencias. También consultamos a expertas en derechos laborales y recuperamos varios testimonios que, por supuesto, mantendremos en anonimato. 

En esta guía encontrarás:


¿Qué es el acoso sexual laboral?

Probablemente ya lo sabes porque lo has vivido o lo has visto de cerca: el acoso sexual es una conducta no deseada de naturaleza sexual que provoca que la persona agredida se sienta ofendida, humillada y/o intimidada; y esto, a su vez perjudica su situación laboral y sus oportunidades de desarrollo.

Si bien el término es relativamente reciente (fue acuñado apenas en 1974) describe un problema antiguo. El acoso sexual en el trabajo es una manifestación de las relaciones de poder y, por las mismas razones, históricamente las mujeres hemos sido mucho más vulnerables a este tipo de agresiones.

De acuerdo a datos de la Administración Pública Federal (APF), el 94.53 % de las víctimas de acoso sexual en el trabajo son  mujeres; es decir, 9 de cada diez (y a veces más). Esta cifra, por supuesto, no desestima las denuncias de los hombres, sin embargo, es evidente que es un problema que nos afecta preponderantemente a nosotras.

El acoso sexual puede darse tanto entre compañeros de la misma jerarquía, como entre una empleada y su jefe. Si bien para los fines de este texto nos estaremos refiriendo indistintamente a ambos casos como “acoso sexual”, es importante aclarar que la ley hace una distinción.


¿Hostigamiento o acoso?

En resumen, el hostigamiento sexual es el ejercicio de poder en una relación de subordinación de la víctima frente al agresor y muchas veces se asocia con un premio o un castigo, dependiendo de cuál sea la respuesta de la víctima ante las acciones del agresor. 

Por su parte, el acoso sexual es una forma de violencia en la que, si bien no existe subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que pone en riesgo a la víctima y crea un ambiente hostil para ella.

Pero, ¿a qué se refiere la ley con ejercicio abusivo del poder ?

En términos simples, el poder es una relación en la que existe una diferencia de recursos (por ejemplo, dinero, autoridad, fuerza, estatus, credibilidad etc.). Esta desigualdad pone en ventaja a una de las partes respecto a la otra.

En el caso del acoso sexual, el agresor se aprovecha de su poder y asume que de cierta manera está “protegido” y que sus acciones, sin importar lo mucho que lastimen a otrxs, no tendrán consecuencias.


Ejemplos de acoso sexual

La mayoría de las mujeres hemos vivido al menos una de las siguientes situaciones; sin embargo, no siempre las nombramos como lo que son: acoso sexual. 

Acoso sexual verbal 

“Piropos” o cumplidos sobre tu cuerpo Nunca te había visto de falda, qué bien guardaditas te tenías esas piernitas.
Invitaciones insistentes para “hacer algo” fuera de la oficina ¿Entonces qué? ¿cuándo me vas a aceptar el cafecito?
Comentarios o “bromas” sobre tu vida privada, sentimental y/o sexual Ay, Marianita, ¿ a dónde vas a ir con ese vestidito?
Presión para hablar de estos temas Ya cuéntanos, ¿a quién te darías de la oficina?
Insinuaciones sexuales Yo no más porque estoy casado, si no, sí te andaba poniendo casa…
Invitaciones directas Mira, la verdad es que te me antojas, ¿qué dices?
Chantajes Si aceptas, puedo facilitar ese aumento que andabas queriendo…
Amenazas Si no quieres, pues ahí está la puerta.

Acoso sexual no verbal

Miradas lascivas, incómodas e insistentes 🤤
Silbidos 🐦
Jadeos o sonidos evidentemente sexuales 🤪
Mensajes con contenido pornográficoXXX
Dibujos obscenos  🍆

Acoso sexual físico

Invasiones a tu espacio personal🚺
Roces y acercamientos 👥
Palmadas🖐
Pellizcos 👌
Besos  👅

El acoso sexual puede escalar hasta convertirse en abuso sexual o violación, acciones que (en cualquier ámbito) están consideradas delitos graves


¿Cuándo se estima que se produce acoso sexual?

Es muy probable que alguna vez hayas recibido comentarios de cñor romántico por parte de tu jefe o que algún compañero se haya excedido con sus bromitas sobre tu vida privada; pero lo dejaste pasar porque la situación, aunque te incomodó en su momento, no se repitió.

Estos comportamientos están tan normalizados que la mayoría de las veces preferimos ignorarlos con tal de no tener problemas. Otras, ni siquiera estamos seguras de que ese “Buenos días, guapa 🤤” con el que te saluda Juanjo de nóminas podría considerarse acoso. 

Sin embargo, la ley es clara al respecto y puede darte los lineamientos para responder y denunciar una vez que un “Ya Juanjo, dime por mi nombre, por favor…” no sea suficiente.   

La Suprema Corte de Justicia de la Nación señala tres características fundamentales del acoso y hostigamiento sexual:

  1. Tienen como objetivo intimidar. O sea, se hace con la intención de incomodarte, controlarte u obtener algo de ti, por eso no cesa aunque manifiestes abiertamente tu molestia.
  2. Se presenta sistemáticamente. No es solo una bromita de mal gusto o un roce “accidental”, estos actos se repiten y escalan en frecuencia e intensidad. 
  3. Te afectan. La principal característica para determinar si algo se considera acoso es el efecto negativo que causa en ti. Esto puede ir desde la incomodidad y el miedo, hasta la afectaciones emocionales severas como ansiedad o depresión. 

Consecuencias del acoso

Si un “piropo” en la calle puede hacernos sentir asqueadas y frustradas todo el día, ahora imagina el efecto de recibir agresiones diarias en un entorno del que depende tu subsistencia y que, se supone, debería ser seguro. 

El acoso sexual en el trabajo puede causar en la víctima distintos tipos afectaciones:

  • Emocionales: confusión, pérdida de autoestima y confianza, irritabilidad, frustración, vergüenza y culpa que, en muchos casos, derivan en ansiedad o depresión.
  • Físicos: falta de apetito, aumento de peso, dolor de cabeza, migraña, trastornos gastrointestinales y afectaciones en el sistema inmunológico a causa del estrés.
  • Laborales: disminución de la concentración, bajo desempeño, aislamiento, ausencia laboral, estigmatización, pérdida de oportunidades, persecución e incluso pérdida de empleo. 

Estas afectaciones están vinculadas entre sí y no aparecen una después de la otra, sino que se presentan y aumentan creando un ciclo de inseguridad y miedo que, en la mayoría de los casos termina con el despido o  renuncia de la víctima. 

El acoso sexual en el trabajo no solo daña a quien lo sufre, también convierte el entorno laboral en un lugar inseguro y hostil para todxs. Esto, a su vez afecta directamente a la empresa pues esas condiciones inciden en la productividad y pueden repercutir directamente en el ámbito económico.

Además, vulnera varios derechos fundamentales, por ejemplo, el derecho a la no discriminación, el derecho a la dignidad y, por supuesto, el derecho a la salud.

Sin embargo, la mayoría de los casos no se denuncian por diversas razones, entre ellas, las creencias rancias y mal informadas que tenemos respecto al acoso sexual en el trabajo.

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Mitos sobre el acoso sexual

 “Las mujeres hacen cargos falsos de acoso sexual”.

Eh, no. Más adelante hablaremos a detalle del proceso de denuncia por acoso sexual, pero una vez que veas lo engorroso, violento y revictimizante que es, creo que quedará más claro que ninguna de nosotras querría pasar por esto solo porque sí.

Lo que ocurre es que siempre hemos sido tolerantes con los comportamientos machistas y violentos, y por eso nos extraña que alguien quiera ponerles un alto. 

“Los hombres acosan porque así son, no pueden controlarse”. 

No, amigo, no eres una máquina imparable de deseo. Lo que sí eres es una persona con poca tolerancia a la frustración, nula empatía y pobres habilidades sociales como para identificar cuando alguien está rechazando tus intenciones de ligue.

“Las mujeres provocan el acoso”. 

No, Gerardo. Las mujeres no se visten, ni se maquillan, ni andan por la vida pensando si te gustan o no. No eres el centro del mundo, así que supéralo, a nadie le interesa provocarte y menos si piensas así.

“Es normal que los hombres hagan bromas sexuales”.

Que sea común no quiere decir que sea “lo normal” o que no puedan evitarlo. Simplemente se han tolerado estos comportamientos por demasiado tiempo y lo que toca normalizar ahora es decir: “Mauricio, por favor, guárdate tus comentarios sobre el cuerpo de una mujer que ni sabe que existes. 

“Las miradas, silbidos y comentarios no le hacen daño a nadie”. 

¿No has puesto atención las últimas 5000 palabras? Toda conducta de naturaleza sexual no deseada es acoso sexual.


Cómo denunciar el acoso sexual

1. Reconoce que la violencia no es normal.

Para que puedas ejercer tu derecho a una vida libre de violencia, uno de los pasos fundamentales es aceptar que lo que estás viviendo no es normal, que no es tu culpa y que al denunciar puedes hacer una diferencia. 

2. Evita estar a solas con tu agresor.

Sí, sabemos que esto a veces no está en tu control, pero, por tu propia seguridad, no accedas a verlo fuera del lugar de trabajo y procura siempre que todos los asuntos laborales que tengas que tratar con él sean en presencia de más personas.

3. Resiste.

En algún momento, la angustia y desesperación pueden hacer que consideres abandonar tu trabajo pero, si te es posible, resiste y no cedas ante la presión de tus acosadores; después de todo, son ellos quienes deberían ser sancionados y despedidos, no tú.  

Para hacerles frente, hay formas de proceder tanto al interior de tu empresa como en otras instancias laborales y legales. Sea cual sea el camino que decides tomar, vas a necesitar prepararte. 

4. Reúne documentos que avalen tu desempeño laboral.

Reportes, emails, indicadores numéricos, etc. Arma una carpeta donde almacenes todo lo que pueda servir de evidencia para demostrar que siempre has cumplido con tu trabajo.

Así, en caso de que la situación de acoso desemboque en tu despido, podrás comprobar que este fue injustificado.

5. Lleva un registro de las agresiones.

Arma una bitácora donde describas fecha y hora y todos los pormenores de las agresiones. Cita las palabras textuales que ha usado tu agresor y no olvides incluir si hubo testigos. En caso de que el hostigamiento también se dé a través de mensajes y correos, guarda una copia de estos. 

6. Identifica a otras víctimas.

En las oficinas donde el acoso se tolera, siempre es un rumor a voces quiénes son los agresores; desde el CEO que cita empleadas a solas en su oficina con cualquier pretexto, hasta el compañero que ha invitado, sin éxito, a salir a cada mujer de la oficina.

En la mayoría de los casos, los agresores suelen reproducir los patrones de violencia, por eso es probable que tu caso no sea aislado y haya otras personas que pasaron por lo mismo y podrían aliarse contigo si decides denunciar. 

7. Crea una red de apoyo.

Es frecuente que las víctimas de acoso sexual en el trabajo no denuncien por miedo a represalias. Sin embargo, hacerle frente a una injusticia es un poco más llevadero si cuentas con un grupo de personas que te escuchen, te orienten e incluso puedan respaldar tu palabra.  

Crea una red de apoyo con compañerxs de trabajo que puedan fungir de testigos y te ayuden a evitar situaciones en las que te tengas que quedar a solas con tu agresor.

8. Reúne pruebas.

A diferencia de otros delitos en los que es prácticamente indispensable contar con pruebas para probar una acusación, el acoso y el hostigamiento sexual son considerados delitos de realización oculta. Esto quiere decir que el eje central de la denuncia es la palabra de la víctima, la cual se pone en tela de juicio durante todo el proceso de denuncia.

En otras palabras: van cuestionar todos, todos, TODOS los cuándo, cómo, por qué, a qué hora y dónde. Para sustentar tu denuncia, podría ser de gran utilidad demostrar que estuviste presente justo el día y hora donde ocurrió la agresión o, por ejemplo, que existe una relación laboral entre tú y tu agresor. 

9. Investiga si tu empresa puede apoyarte.

Legalmente, la principal obligación de una empresa es apoyar a la víctima y acompañarle en todo el proceso, sin embargo, es poco común que las empresas asuman la responsabilidad de crear entornos libres de violencia y es aún más insólito que cuenten con un protocolo interno para prevenir y sancionar el acoso sexual. 

Si la empresa donde laboras tienen algún protocolo interno para estos casos, apóyate en él;  si no, tendrás que tomar las riendas de esta situación. 

10. Presenta tu bitácora de agresiones.

¿Hay un comité de ética en tu empresa? Reúnete con ellos, explica tu caso y muéstrales toda la evidencia que has recabado. Si no lo hay, acércate los encargados de recursos humanos y/o a tu superior inmediato (si es él quien te está acosando, entonces ve con su superior inmediato). 

Pero, a cualquier instancia que acudas, no lo hagas sola, pídele a alguien de tu confianza que te acompañe y funja de testigo.

11. Deja todo firmado y por escrito.

Por mucho que confíes en tu empresa o en las personas de recursos humanos, es probable que traten de restarle importancia a tu denuncia o incluso que intenten deslindarse de la situación. Así que prepárate y asume la responsabilidad de hacer tus propios registros. 

Si ellos no te entregan un oficio firmado que haga constar que hiciste tu reporte; entonces redáctalo tú y haz que te lo firmen. En caso de que se nieguen, envíales un email donde describas todos los pormenores de tu situación, así en caso de que tu denuncia llegue a otras instancias, podrás probar que agotaste todas las vías de comunicación dentro de la empresa.

12. Exige que se respete tu anonimato.

Una de las principales dificultades a las que se enfrenta una víctima de acoso sexual en el trabajo es a las campañas de desprestigio. Los agresores e incluso la misma empresa querrán desestimar tu denuncia poniendo en tela de juicio tu reputación. Prepárate y, ante todo, exige que no se divulgue tu nombre, ni ninguna otra información sensible.

13. Toma una decisión.

Hasta ahora hemos manejado la situación a la interno de la empresa. Si deciden atender tu denuncia, las consecuencias pueden ser desde que tu agresor reciba un acta administrativa, sea asignado a otro departamento (sí, para que ahora acose a otras) o incluso que sea retirado de su cargo. 

Sin embargo, en muchos casos estas medidas no son suficientes para garantizar que la empresa sea un lugar seguro para todxs, ni para evitar que el agresor violente a más personas. 

Considerando este panorama, también puedes denunciar en otras instancias. Por ejemplo, si quieres proceder legalmente, tendrás que presentar una denuncia ante el Ministerio Público. La otra alternativa es denunciar a la empresa por tolerar el acoso sexual y violentar tus derechos laborales y humanos. 

Y no, no será fácil: ambas opciones implicarán una gran inversión de tiempo y recursos, pero si decides intentarlo puedes hacer una diferencia.

a) Denuncia penal

Como seguramente ya has escuchado, hacer cualquier denuncia en México es un proceso engorroso y desgastante. Si eliges este camino, la empresa se deslindará totalmente de la situación y todo quedará entre el agresor y tú; por lo que es probable que tus condiciones laborales no mejoren. En estos casos, debes armarte de paciencia y estar consciente de que el resultado no necesariamente será a tu favor; pero, si ganas, se sancionará al agresor con una multa o prisión.

b) Conciliación

Una vez que denuncias acoso sexual al interior de la empresa, la norma laboral establece que el agresor debe ser removido de su cargo. Pero, también es frecuente que los agresores sean personas con cierto poder y/estatus dentro de la organización o, en otras palabras, que sean “protegidos”.

La Ley Federal de Trabajo no solo prohíbe a los empleadores y trabajadores ejercer cualquier acto de violencia, también sanciona al patrón que tolera estas conductas. Así que si reportaste la situación y no hubo ningún tipo de respuesta, puedes acudir a la junta de Conciliación y Arbitraje  para denunciar a la empresa. 

Al llegar a esta instancia es muy importante que tengas todas las pruebas para demostrar que expusiste tu caso al interior de la empresa y no se hizo nada por  despedir al agresor y proteger tus derechos. El objetivo de la demanda laboral es llegar a un acuerdo entre las partes, pero si esto no sucede dependerá de la Junta dictar una sentencia. Si se comprueba, por ejemplo, que la empresa toleró la agresión, deberá cubrir una multa entre 25,000 y 513,000 pesos.

Si bien tienes opciones para denunciar, también es válido alejarte y enfocarte en sentirte mejor. Sea cual sea el camino que decidas tomar, te recomendamos ante todo, proteger tu salud emocional y física. 


Tips de autocuidado si estás pasando por esta situación

1. Repítelo las veces que sea necesario: NO ES TU CULPA.

Lo hemos dicho al menos unas tres veces en este artículo pero, mientras nos rija un sistema que nos responsabiliza de la violencia de la que somos víctimas, no está demás repetirlo: no es tu culpa. No importa cómo te vistas, maquilles o te relaciones con los demás, no es no. 

2. Pon límites. 

Seguro ya hayas intentado por todos los medios expresarle al agresor que se detenga pero, como obviamente tiene la inteligencia emocional de una cuchara, no entendió. Sin embargo, no todas las personas son así de limitadas y habrá quién sepa parar cuando le digas: “Por favor, dime por mi nombre y no me vuelvas a decir ‘guapa’”. 

Si algo te molesta, dilo. No contribuyas con tu silencio a la normalización de la violencia.

3. Háblalo.

Probablemente estés sintiendo muchas más cosas de las que puedes procesar, pero todo adquiere otra dimensión cuando lo pones en palabras. Hablarlo te permite ver la situación desde otra perspectiva, además, al ser escuchada te sentirás menos sola.

En resumen, las palabras pueden ser un lugar seguro… si las compartes con las personas correctas.

4. Rodéate de las personas correctas.

Y por “correctas” me refiero a aquellas que puedan comprender lo que estás sintiendo, sin juzgarte.  Si has encontrado una persona así en tu lugar de trabajo, no dudes en contarle por lo que estás pasando. Te puedo asegurar que hará todo por apoyarte, respaldarte y  nunca dejarte a solas con tu agresor.

5. Reconoce tus logros y el valor de tu trabajo.

Cuando una persona se atreve a denunciar un acoso sexual, en muchos casos inicia una campaña de desprestigio en su contra. Habrá comentarios como “Ay, con razón la subieron de puesto” o “Si bien que ella siempre le sonreía”; pero son solo eso: comentarios de gente que no conoce tu situación, ni ha visto cuánto te has esforzado profesionalmente.

6. Confía en tu criterio.

Así como hay personas que van a creer en tu palabra sin condiciones, habrá muchas otras que van a querer hacerte dudar de lo que estás sintiendo. Probablemente te preguntarán si estás segura, si no habrás malinterpretado o si no fuiste tú quien “provocó” la situación; sin embargo, ninguno de ellos sabe mejor que tú por lo que estás pasando. 

Eres tú quien está siendo violentada y, sin importar lo que digan los demás, tu principal prioridad debe ser tu seguridad. 

7. Infórmate.

Lo más recomendable es que recibas asesoría legal para conocer a fondo tus derechos. Pero mientras tanto, en la sección de referencias encontrarás a detalle toda la información necesaria para que puedes armar tu caso.

Y si conoces a algún profesional u organización que pueda brindarte asesoría especializada en estos casos, por favor, déjala en los comentarios.

8. Busca apoyo emocional.

Ante una situación de esta índole es normal sentir vergüenza, tristeza, angustia e incluso culpa, pero no tienes por qué lidiar con ello sola. Mi principal recomendación es que te acerques a una profesional de la salud mental que pueda darte las herramientas para afrontar este proceso. 

Acá te dejamos el contacto de un grupo que puede brindarte acompañamiento emocional gratuito si has sido víctima de violencia sexual, pero si conoces otras opciones, por favor déjala en los comentarios.

9. Mantente firme.

La mayoría de las personas que han sufrido acoso o agresiones sexuales pasan por un segundo proceso de violencia conocido como revictimización. Esto ocurre cuando, además de lo que has pasado, las instituciones y los profesionales encargados de atender tu denuncia contribuyen a que la pases aún peor con malos tratos, comentarios hostiles y preguntas que sugieren que es tu culpa haber sido violentada. 

La manera en que serás tratada no está en tu control, pero sí puedes hacerle frente recordando las razones por las que decidiste alzar la voz y buscar justicia. Busca apoyo y hazte acompañar de alguien en quien puedas apoyarte cuando ya no puedas más.

10. Trátate bonito.

Como ya hemos explicado a la largo de este artículo, el acoso sexual en el trabajo tiene graves consecuencias para la salud y la integridad, por lo que te tocará darte cariño y cuidado extra para mantenerte a flote. 

Aunque no tengas apetito, come. Descansa, duerme y permítete sentir todas tus emociones. El proceso será largo, así que sé paciente contigo, no te exiges ser tan productiva como siempre, ni te obligues a “estar feliz”.  Nada de lo que estás viviendo es fácil, pero has tenido la fortaleza para enfrentarlo y vas a salir de esta.

Todo lo que hemos descrito hasta ahora está dirigido a las víctimas de acoso sexual en el trabajo. Sin embargo, en Trabajo en Digital estamos conscientes de que las empresas tienen la responsabilidad de asegurar que sus entornos laborales sean seguros y libres de violencia; para que así toda persona pueda encontrar, realmente, su trabajo ideal. 


Fuentes 

Algunas de las recomendaciones para denunciar el acoso las encontramos en Defensas para mujeres periodistas que sufren  acoso sexual en el trabajo, artículo publicado por la organización 5to Elemento.

Si quieres conocer más respecto a las responsabilidades de una empresa para prevenir y sansacionar el acoso sexual en el trabajo, revisa: Protocolo de actuación frente a casos de violencia laboral, hostigamiento y acoso sexual, dirigido a las empresas de la República Mexicana

Para conocer el marco legal del acoso sexual en México puedes consultar:

  • La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: artículos 1°, 4° y 133 
  • Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia: artículo 13
  • Ley Federal del Trabajo: artículos 2°; 3° Bis; 47, fracción VIII; 51, fracción II; 133, fracción XII y XIII, y 135, fracción XI.
  • Código Penal Federal, Título Decimoquinto, Capítulo I: Hostigamiento Sexual y Abuso Sexual, Estupro y Violación: artículos 259 Bis y 260
  • Código Penal para la CDMX: artículo 179
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2 Comments

  1. Sam Zambrano

    Excelente artículo. Contiene la información oportuna y bien estructurada de cómo reconocer este tipo de violencia y cómo defendernos de ella. Ojalá más empresas consideraran ésto, un tema importante para abordar.

    Responder
    1. user Autor

      Hola, Sam. Muchas gracias por leer y comentar. Por fa, ayúdanos a compartir para que más mujeres conozcan esta información y más empresas sepan que estamos preparadas y dispuestas a defendernos. Saludos.

      Responder

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